martes, 20 de julio de 2010

ARTICULO EN EL NOROESTE



LEY DE SALUD SEXUAL

Los métodos de lectura rápida nos ayudan a la consecución de una velocidad lectora que nos permita acercarnos a los contenidos de los textos que nos interesan en el menor tiempo posible, incrementando de esta manera las posibilidades de acceso al conocimiento.

Esto parece ser que a veces falla y nos pasamos de largo lo más importante, la parte de más solidez, la que va a fundamentar y hacer posible que el resto tenga sentido. Un ejemplo es la situación que estamos observando en el tratamiento de la tan debatida Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.

Causa sorpresa que obviemos gran parte del texto, empezando por el propio preámbulo que, aún no teniendo función legal, es importante para la comprensión posterior. Ese preámbulo recoge brevemente gran cantidad de aportaciones y argumentos que nos hablan de cosas tales como “la constatación de las enormes desigualdades entre las mujeres europeas en el acceso a los servicios de salud reproductiva”, o la proclamación de la no interferencia de los poderes públicos a la hora de decidir los hijos que cada cual quiera tener o derecho a la maternidad libremente decidida.

Si continuamos en la línea de cómo se pasa de largo una parte de la ley, no está de más recordar que, antes del título II hay un título I para el que parece nos ha dado un desprendimiento de retina o nos ha cogido una ceguera temporal. Hasta el mismo nombre de la ley – por cierto orgánica - parece que lo queremos mutilar. En esto tenemos mucha culpa todos: políticos, medios de comunicación y sociedad en general.. Tal vez es por aquello de la “economía del lenguaje”, como si las palabras nos las cobraran. Es posible también que, al tratarse de “cosas de mujeres”, cuanto más pronto nos despachemos mejor.

Pues bien, el título I mencionado, trata de temas tan trascendentales como las políticas públicas de salud y las medidas en el ámbito sanitario y en el educativo. Y es que aquí está la madre del cordero. Da la impresión que andamos como los padres antiguos y muchos no tanto, que hacían y hacen un tabú con el tema sexual y la necesidad de enfrentarse a ello con sus hijos e hijas.

Asombroso y bastante hipócrita me parece que se esté tan preocupado por la IVE en muchos sectores políticos, religiosos y sociales, y más aún que se arme tal montaje propagandístico en nuestra región, cuando en el ámbito educativo no hubo manera de hacer un currículo sobre Educación para la Ciudadanía, que contemplara este tema de manera seria, y con visión de la realidad clara y objetiva. Tampoco es de recibo que se cacaree tanto cuando nada preocupa la salud sexual, habiendo desaparecido los Centros de Planificación Familiar y todos los servicios sanitarios al respecto, por arte de no sabemos qué magia o mala intención.

No es menos grave que se arme tanto jaleo y se permitan hacer ciertas encuestas en la TV que pagamos -.¿o debemos?- todos y todas. Y que además los que más aparecen sean hombres y para más matización mayorcitos, de otras épocas, vamos. Porque recuerdo que esta ley está hecha
sobre todo para cubrir unas cuestiones que nos afectan a las mujeres. Por mucho tiempo hemos sido y somos las paridoras, las criadoras, las que en mayor porcentaje sufrimos las consecuencias de unas decisiones, aunque también, afortunadamente, seamos las que más hemos disfrutado del gran regalo de la maternidad.

Seamos positivos y empecemos a ver el futuro desde esa perspectiva de fomento de las relaciones de igualdad, de respeto, de diálogo, de corresponsabilidad. Lo otro, la segunda parte, tiene que estar, porque no podemos vivir sancionando los errores con penas graves, que ya tiene bastante quien necesita recurrir a interrumpir un embarazo por no deseado.

Y recordemos que ayudar a las mujeres y evitarles algún que otro problema, aparte de una obligación de cara al 50% de la población es prevenir enfermedades, que siempre es mejor que curarlas. Por eso me gusta más nombrar la ley bajo la denominación de ley de salud sexual que ley del aborto, ya que esto último es una parte de lo primero.

Ángeles Trujillo.- Forma parte del Foro Ciudadano de la R. M y de la Comisión 8 de Marzo

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