martes, 20 de julio de 2010

ANALISIS DE LOS DATOS DEL BARÓMETRO DEL CIS EN RELACION CON MURCIA


Estas son las valoraciones de interés que ha hecho Patricio Hernández, actual Presidente del Foro Ciudadano

El retrato de una región marcadamente conservadora



No he leído en la prensa regional una aproximación e interpretación del último barómetro del CIS sobre Murcia. No me extraña, pues la prensa regional se detiene cada vez menos en ese tipo de trabajos. Con el valor que queramos darle parece claro que algo señala respecto de la opinión de los ciudadanos de la región y en esa medida nos ayuda a entender en que momento estamos. Me gustaría comentar algunos de estos datos, que considero de interés y que reflejan el carácter cada vez más conservador de esa opinión. Hay que tener en cuenta que el trabajo se hizo entre enero y marzo, y por tanto antes del “giro” político de Zapatero.



Lo primero que llama la atención es la diferencia al valorar la situación política y económica regional frente a la nacional: la situación política nacional es mala o muy mala para el 73,3 %, mientras que la regional la regional lo es así sólo para el 43,8%. Más llamativa si cabe es todavía el caso de la situación económica: la nacional es mala o muy mala para el 85%, frente a la regional calificada así por el 70,7%.


En cambio –respuesta curiosa- si se les pide comparar la situación económica regional con la nacional, aquella es peor o mucho peor para el 36%, y mejor sólo para el 10,3%. En otra pregunta el 24,7% dirá que la crisis se nota en mayor medida en Murcia, frente a un 2,8 que dirá que lo hace en menor medida, y el 65,6% más o menos igual.



Sobre cuales son los principales problemas de la región, cuando se pueden incluir hasta tres respuestas, resulta que destacan por este orden “el paro” (91,9%), seguido de “problemas de índole económico” (34,4%), “la inmigración” (31%), en cuarto lugar queda “la sequía” (18,6%)y el quinto es para “la inseguridad ciudadana” (13,8%). “La corrupción o el fraude” sólo están citados entre los tres principales problemas por el 2,6%, mientras que “el Gobierno, los políticos y los partidos” empatan con “la educación” en un 2,4% de las respuestas.



Cuando la respuesta es única (sólo se puede citar un problema) el resultado es “el paro” (70%), seguido por “los problemas de índole económico” (8,5%), “la sequía” (7,3%) y “la inmigración” (6,1%), sin que ningún otro problema alcance el 1%.



El sesgo conservador de las preocupaciones de los murcianos es muy evidente. También la significativa tendencia centralista: un 16,4% estaría de acuerdo en un Estado sin autonomías, y un 8,3% preferiría menos autonomía, frente a un 8,7% que preferiría más autonomía (la mayoría está de acuerdo con el sistema actual: 56,3%). Esto se confirma cuando se ve que son mayoría los que creen que las autonomías han contribuido al “desarrollo de los separatismos”(51,2% bastante o muy de acuerdo) frente a los que piensan que han contribuido a mejorar la convivencia entre regiones (22,4% bastante o muy de acuerdo). El estado de las autonomías ha funcionado bien o muy bien para el 39,9%, frente al 11,3% que lo califica de mal o muy mal, siendo “regular” para el 38,9%. El 99% se siente bastante o muy orgulloso de ser español. La mayoría amplia se siente tan español como murciano (79,1%), pero casi un 10% más español que murciano.



El auge de la solidaridad territorial frente a la solidaridad de clase es también llamativo: aunque no sea mayoritaria, la identificación con una persona de la región pero de una clase social distinta es del 33,2%, muy alta, frente a la identificación de clase con alguien de fuera de la región, 48,4%.



Sobre la percepción de la responsabilidad de los distintos gobiernos (central o autonómico) en el bienestar personal y familiar, están equilibrados los que piensan que les afectan mucho o bastante las decisiones del gobierno central (92,9%), frente a las decisiones del gobierno regional (93,5%).



En cambio cuando se entra a atribuir la responsabilidad mayor o menor de cada gobierno , incluido el nivel municipal, en temas concretos se ve que la percepción social está distorsionada frente a las competencias legales: de los tres niveles de gobierno, el gobierno regional sólo tiene mayor responsabilidad según los encuestados en infraestructuras, pero no llega a un punto de diferencia (44,1% frente a 43,5% del central, mientras que es abrumadora la atribución de responsabilidad al gobierno central en cuestiones como la educación (60,9%), la sanidad (56,7%), la economía (84,8%), la inmigración (80%), o la protección del medio ambiente (41,9%)



Esta situación que refleja el barómetro es muy preocupante, pues a pasar de que el gobierno autonómico murciano tiene plenas y exclusivas competencias en muchas de estas cuestiones, y las correspondientes responsabilidades presupuestarias, los ciudadanos no parecen haberlo entendido, de forma que no le exigirán nunca-al menos mientras esta percepción se mantenga -responsabilidades de gestión sobre ellas (por ejemplo, sobre salud o educación). El gobierno de Valcárcel no tiene de que responder por su propia gestión.



No obstante cuando se les pide calificar la gestión del gobierno regional sobre estas cuestiones, llama la atención la alta valoración que obtiene en muchas cuestiones como infraestructuras (buena o muy buena para el 49,4% y mala o muy mala sólo para el 11,1%; educación, buena o muy buena para el 32,8%, frente a un 16,8% de mala o muy mala; sanidad, buena o muy buena para el 42,9%, frente al 13,9 de mala o muy mala; o protección del medio ambiente, buena o muy buena para el 28,7%, frente a un 17,2% de mala o muy mala.



En cambio es negativa la valoración en otras: vivienda, 13,6% buena o muy buena, frente al 42,5% mala o muy mala; seguridad ciudadana, 21,3% buena o muy buena, frente al 41,5% mala o muy mala; economía, un 11,5 buena o muy buena frente al 66.6% mala o muy mala; o inmigración, 10,3% frente al 65,4%.



En altamente significativo que en todos los casos la oposición es peor valorada si se pregunta si lo hubiese hecho mejor o no en la gestión de todas estas cuestiones (el porcentaje de respuestas que contesta que peor es siempre más del doble de los que dicen mejor, aunque inferior a los que responden que “igual”).



La valoración general de la actuación del gobierno regional es considerada buena o muy buena por el 29,5%, regular por el 41,9%, y mala o muy mala por el 22,5%, mientras que la labor de la oposición es pésimamente considerada, pues sólo es buena para el 2,8% mientras que el 50% la considera mala o muy mala.



El gobierno regional es muy bien valorado en su defensa de los intereses de la región (53,8%), la capacidad de diálogo (59,3%); la capacidad de comunicarse con la gente (64,8%), o en el conocimiento de los problemas de la región (65,6%), y alta es también la valoración en honradez(48,8%) y en eficacia (44,1%)



No hay duda cuando de lo que se trata es de calificar las relaciones entre el gobierno regional y el nacional: la amplísima mayoría piensan que es “de enfrentamiento” (71,1%), frente a los que piensan que es “de colaboración” (5,3%), o “de subordinación” (6,3%). Ahora bien, este enfrentamiento, supuestamente para defender intereses regionales, resulta bien valorado por un 31,6%, aunque en caso de diferencias entre el gobierno central y el regional, la mayoría se inclina por la negociación y el acuerdo (60,9%)



Cuando se pregunta específicamente por la percepción de la extensión de la corrupción en la política local, regional o nacional, entonos los casos es considerada bastante o muy extendida, destacando que en la política nacional suman 88,6%, frente al 71,1% regional y al 65,4% local. No se considera además que haya en Murcia más corrupción que en otras comunidades.



Estas cifras altas y en estos curiosos porcentajes no deben hacernos olvidar que la corrupción apenas es citada entre las mayores preocupaciones ciudadanas, lo que podría permitirnos hablar de tolerancia con la corrupción.



Respecto al presidente de la Comunidad, su gestión es considerada buena o muy buena por el 41,2%, y mala o muy mala por el 16,8%, y es aprobada por un 55,5%, frente a un 22,7 que la desaprueba. Es muy alta la valoración de todas sus cualidades que suman entre el mucho y el bastante cifras que van del 48% en eficacia al 74,8% en experiencia, siendo considerado inteligente, honrado, simpático y prudente entre bastante y mucho por más del 50% de los ciudadanos.



Respecto a las preferencias electorales, el PSOE muestra su amplio descrédito, ya que hasta un 48,8% dice que no lo votaría nunca, frente al 22,3% que dice lo mismo del PP, mientras que el 66% lo dice de IU. El suelo último del PSOE (los que lo votarían siempre) está en el 7,5, mientras que el PP lo tiene en el 22,1%, e IU en el 1%.



En la definición política de los ciudadanos, la derecha (conservadores, democristianos y liberales) suman un 48,6%, mientras que la izquierda (socialdemócrata, socialista, comunista, feminista y ecologista) suman un 21,4%. En la escala política, la mayoría se coloca en el centro-derecha, y coloca al PSOE en el centro-izquierda, mientras que al PP lo sitúa algo más claramente en la derecha.



Respecto a la información política que reciben los ciudadanos, llama la atención el peso de Antena 3 entre los que citan la televisión (un 36,6%), muy lejos del resto de las privadas (Cuatro, 3,9; Telecinco, 9,3%; La Sexta, 1%), aunque la mayoría cita TVE1 (42%). En radio, la SER está en cabeza (9,9%), pero le siguen no muy lejos Onda Cero (8,2%), y algo más lejos la COPE (6,4%) y Radio Nacional-R1 (5,8%).


En prensa escrita, la hegemonía de La Verdad es amplísima (67,3%), seguida por El País (10%), La Opinión (8,8%), y El Mundo (7,2%)

ARTICULO EN EL NOROESTE



LEY DE SALUD SEXUAL

Los métodos de lectura rápida nos ayudan a la consecución de una velocidad lectora que nos permita acercarnos a los contenidos de los textos que nos interesan en el menor tiempo posible, incrementando de esta manera las posibilidades de acceso al conocimiento.

Esto parece ser que a veces falla y nos pasamos de largo lo más importante, la parte de más solidez, la que va a fundamentar y hacer posible que el resto tenga sentido. Un ejemplo es la situación que estamos observando en el tratamiento de la tan debatida Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.

Causa sorpresa que obviemos gran parte del texto, empezando por el propio preámbulo que, aún no teniendo función legal, es importante para la comprensión posterior. Ese preámbulo recoge brevemente gran cantidad de aportaciones y argumentos que nos hablan de cosas tales como “la constatación de las enormes desigualdades entre las mujeres europeas en el acceso a los servicios de salud reproductiva”, o la proclamación de la no interferencia de los poderes públicos a la hora de decidir los hijos que cada cual quiera tener o derecho a la maternidad libremente decidida.

Si continuamos en la línea de cómo se pasa de largo una parte de la ley, no está de más recordar que, antes del título II hay un título I para el que parece nos ha dado un desprendimiento de retina o nos ha cogido una ceguera temporal. Hasta el mismo nombre de la ley – por cierto orgánica - parece que lo queremos mutilar. En esto tenemos mucha culpa todos: políticos, medios de comunicación y sociedad en general.. Tal vez es por aquello de la “economía del lenguaje”, como si las palabras nos las cobraran. Es posible también que, al tratarse de “cosas de mujeres”, cuanto más pronto nos despachemos mejor.

Pues bien, el título I mencionado, trata de temas tan trascendentales como las políticas públicas de salud y las medidas en el ámbito sanitario y en el educativo. Y es que aquí está la madre del cordero. Da la impresión que andamos como los padres antiguos y muchos no tanto, que hacían y hacen un tabú con el tema sexual y la necesidad de enfrentarse a ello con sus hijos e hijas.

Asombroso y bastante hipócrita me parece que se esté tan preocupado por la IVE en muchos sectores políticos, religiosos y sociales, y más aún que se arme tal montaje propagandístico en nuestra región, cuando en el ámbito educativo no hubo manera de hacer un currículo sobre Educación para la Ciudadanía, que contemplara este tema de manera seria, y con visión de la realidad clara y objetiva. Tampoco es de recibo que se cacaree tanto cuando nada preocupa la salud sexual, habiendo desaparecido los Centros de Planificación Familiar y todos los servicios sanitarios al respecto, por arte de no sabemos qué magia o mala intención.

No es menos grave que se arme tanto jaleo y se permitan hacer ciertas encuestas en la TV que pagamos -.¿o debemos?- todos y todas. Y que además los que más aparecen sean hombres y para más matización mayorcitos, de otras épocas, vamos. Porque recuerdo que esta ley está hecha
sobre todo para cubrir unas cuestiones que nos afectan a las mujeres. Por mucho tiempo hemos sido y somos las paridoras, las criadoras, las que en mayor porcentaje sufrimos las consecuencias de unas decisiones, aunque también, afortunadamente, seamos las que más hemos disfrutado del gran regalo de la maternidad.

Seamos positivos y empecemos a ver el futuro desde esa perspectiva de fomento de las relaciones de igualdad, de respeto, de diálogo, de corresponsabilidad. Lo otro, la segunda parte, tiene que estar, porque no podemos vivir sancionando los errores con penas graves, que ya tiene bastante quien necesita recurrir a interrumpir un embarazo por no deseado.

Y recordemos que ayudar a las mujeres y evitarles algún que otro problema, aparte de una obligación de cara al 50% de la población es prevenir enfermedades, que siempre es mejor que curarlas. Por eso me gusta más nombrar la ley bajo la denominación de ley de salud sexual que ley del aborto, ya que esto último es una parte de lo primero.

Ángeles Trujillo.- Forma parte del Foro Ciudadano de la R. M y de la Comisión 8 de Marzo