domingo, 23 de mayo de 2010

DEUDAS Y BURROS.- UNA FÁBULA PARA NUESTRO TIEMPO




Se solicitó a un prestigioso asesor financiero que explicara esta crisis de una forma

sencilla, para que la gente de a pie entienda sus causas. Este fue su relato:

Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran.
Buena parte de la población le vendió sus animales

Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la oiblación vendió los suyos. Y a continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros

Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.

Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma aldea para
que ofreciera los burros a 400 euros cada uno.

Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros, y quién no tenía lo pidió prestado. De hecho compraron todos los burros de la comarca.

Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más
aparecieron.

Resultado:
La aldea quedó llena de burros y endeudados.

Hasta aquí lo que contó el asesor.

Veamos lo que pasó después:

Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo.

Quienes habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento diciendo que si no
cobraban se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo.

Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar dinero a la
gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero
estos, ya cobrada gran parte del dinero, sin embargo, no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.

El Alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también endeudado.

Entonces pide dinero a otros ayuntamientos; pero estos le dicen que no pueden
ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar después lo que le presten.

El resultado:

Los listos del principio, forrados.

Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán
cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya
devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda.

Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida.
El Ayuntamiento igualmente arruinado.

Resultado ¿final?:

Para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo, el Ayuntamiento bajó el sueldo a sus funcionarios.

¿Moraleja?...cada cual que le saque el jugo.

1 comentario:

  1. Una buena fábula para acercarnos a entender de manera sencilla este lío en que nos han metido el capital y que los políticos de uno y otro bando no acaban de acertar a resolver.

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