Artículo de Rafael Argullol en El País
Os invitamos a leer este artículo, del que recogemos un trocito:
Una democracia en la que nadie, jamás, dimite -a no ser que tenga la pistola en el cuello- es un sistema monolítico y sin porvenir. Parece, según cuentan algunos historiadores, que este problema fue ya entrevisto con claridad en la joven democracia de Pericles de manera que se exigía a los elegidos por los votantes una suerte de permanente disponibilidad a dejar el cargo si cometían irregularidades y errores antes de finalizar el plazo de su mandato, y otro tanto sucedía en los menores momentos de la república
romhttp://www.elpais.com/articulo/opinion/olvidado/arte/dimision/elpepuopi/20091004elpepiopi_4/Tesana.
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